martes, 20 de octubre de 2020

7 películas que me hayan marcado 4/7

No soy una persona miedosa, jamás lo he sido, y mi gusto por esta película quizá lo demuestra, quizá. Marcó mi vida porque llegué a sentir miedo, no por ella, sino porque la vida pasó y lo relacioné con el payaso protagonista. Veintitantos años más tarde analizando la esa escena, todo pareció ser una jugada más de mi imaginación.

Vi Eso por primera vez cuando tenía menos de 4 años. Mi versión: mis papás rentaron la película y pues yo andaba por ahí y la vi con ellos, la versión de mis papás: yo insistí que quería ver la película y ellos la rentaron para que yo la viera. Pueden créele a quien quieran, pero de lo que estoy segura es que me gustó, y después de esa primera vez vi ESO todas las veces que pasó en la “Trilogía 5”, aunque no era parte de una trilogía, era en ese horario de sábado por la tarde-noche donde podía verla.

Los payasos nunca me han sido atractivos, pero miedo no les tengo. Fue en algún loco verano unos años muchos después que se sembró un terror por Eso y que empecé a ver a los demás payasos con desconfianza. Recuerdo que íbamos en la camioneta verde del abuelo, yo en el asiento trasero, y conociendo el tráfico de la Ciudad de México pues no avanzábamos muy rápido. Según yo estábamos a punto de entrar a un estacionamiento cuando vi a un payaso por el retrovisor, obvio tenía globos y peor aún me saludó. Me quedé un momento congelada y empecé a mover la mano para saludarlo de regreso, pero cuando regresó la consciencia me espanté y me tiré al asiento. No lloré, no grité, simplemente me asuste. Fue a partir de ese momento que no toleraba ver al payaso de ESO, las trilogías en el cinco ya no eran de mi agrado si anunciaban esa película, todo me remontaba a ese verano en el antes llamado D.F.

Llega un momento en la vida en la que debes superar tus miedos, y ese miedo tan simple lo superé a los 15 años. Mi mamá me obligó a ver la película una vez que la vimos anunciada. Recuerdo que no pasaba de la escena donde se aparece entre las sábanas. La película empezó, yo estaba con mi madre, vi el triciclo, vi las sábanas y sinceramente mi ansiedad empezó. Vi al payaso… vi al payaso, un payaso noventero que lucía como cualquier payaso, similar al que me saludó, pero era un payaso en la televisión. Sí se comía a los niños, pero yo ya tenía quince años. Fin de la historia.

He visto ESO infinidad de veces y la puedo seguir viendo. Las nuevas versiones no me parecen malas, sólo son diferentes, considero que con otro enfoque; me gustan, pero siempre será ESO de 1990 la buena.

Tim Curry, It (1990)


domingo, 11 de octubre de 2020

7 películas que me hayan marcado 3/7

 

Sigo con las películas que marcaron mi vida, y probablemente me tardé un poco en mencionar una Chick-Flick. He visto ya tantas que no sé si podría decir que ésta sigue siendo mi favorita, pero de que influyó en mí y la he visto mínimo unas veinte veces, sí.

Como una soltera profesional, considero que Josie Grossie fue, no precisamente un ejemplo a seguir, pero más o menos. Era editora de un periódico importante y sabía expresarse muy bien, o sea algo tenía en el cerebro. Debo confesar que por razones quizá de borregada, las letras me empezaron a llamar la atención (camino en el que sigo vagando sin rumbo fijo, pero pues ahí ando), y obviamente en el 99 que se estrenó la película, eso de “jamás besada” me caía como anillo al dedo (después de varios años podríamos hablar de “Cansada de Besar Sapos” y películas así, pero esas pertenecen a otra lista), así que Joise Grossie se volvió como en algo así como mi heroína.

No compartiré mi vida personal, pero creo que en el párrafo pasado está la explicación de por qué Jamás Besada en una de las 7 películas que marcaron mi vida, y yo sigo parada en el montículo del lanzador.


Drew Barrymore, Never Been Kissed (1999)