No se puede unir lo que nunca estuvo fragmentado.
Vivimos una diferencia, una
distancia inaudita y un mismo impulso ardiente por volvernos a encontrar.
L atierra vuelve a ser nuestra, y
sin importar la discrepancia nos hacemos uno y volamos.
Las torres caídas no afectan el
anhelo, nos da fuerza y nos lleva al infinito.
¿Quién dijo que las lenguas separan?
si siempre con un beso se unen las almas.
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