Encuentros esporádicos, existieron este año. La situación no dio para más… quizá. Conoces a alguien y a los dos meses ya está comiendo de la tripa de Lenny. Pero a pesar de ser una estrella fugaz existe la estela.
Conocí a Alex un año anterior al
inicio de la pandemia y me empecé a llevar más con él unos meses antes del
confinamiento. Por trabajo o por puro cotorreo tuvo la oportunidad de probar la
mejor tripa de la vida (no existe otra y pienso seguirla a cualquier esquina en
la que se ponga), y de la misma forma puedo decir que aprendí mucho, inclusive
a que ciertos objetos inanimados pueden volar.
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