No soy una persona miedosa, jamás lo he sido, y mi gusto por
esta película quizá lo demuestra, quizá. Marcó mi vida porque llegué a sentir
miedo, no por ella, sino porque la vida pasó y lo relacioné con el payaso
protagonista. Veintitantos años más tarde analizando la esa escena, todo
pareció ser una jugada más de mi imaginación.
Vi Eso por primera vez cuando tenía menos de 4 años. Mi
versión: mis papás rentaron la película y pues yo andaba por ahí y la vi con
ellos, la versión de mis papás: yo insistí que quería ver la película y ellos
la rentaron para que yo la viera. Pueden créele a quien quieran, pero de lo que
estoy segura es que me gustó, y después de esa primera vez vi ESO todas las
veces que pasó en la “Trilogía 5”, aunque no era parte de una trilogía, era en
ese horario de sábado por la tarde-noche donde podía verla.
Los payasos nunca me han sido atractivos, pero miedo no les
tengo. Fue en algún loco verano unos años muchos después que se sembró un
terror por Eso y que empecé a ver a los demás payasos con desconfianza.
Recuerdo que íbamos en la camioneta verde del abuelo, yo en el asiento trasero,
y conociendo el tráfico de la Ciudad de México pues no avanzábamos muy rápido.
Según yo estábamos a punto de entrar a un estacionamiento cuando vi a un payaso
por el retrovisor, obvio tenía globos y peor aún me saludó. Me quedé un momento
congelada y empecé a mover la mano para saludarlo de regreso, pero cuando
regresó la consciencia me espanté y me tiré al asiento. No lloré, no grité,
simplemente me asuste. Fue a partir de ese momento que no toleraba ver al
payaso de ESO, las trilogías en el cinco ya no eran de mi agrado si anunciaban
esa película, todo me remontaba a ese verano en el antes llamado D.F.
Llega un momento en la vida en la que debes superar tus
miedos, y ese miedo tan simple lo superé a los 15 años. Mi mamá me obligó a ver
la película una vez que la vimos anunciada. Recuerdo que no pasaba de la escena
donde se aparece entre las sábanas. La película empezó, yo estaba con mi madre,
vi el triciclo, vi las sábanas y sinceramente mi ansiedad empezó. Vi al payaso…
vi al payaso, un payaso noventero que lucía como cualquier payaso, similar al
que me saludó, pero era un payaso en la televisión. Sí se comía a los niños,
pero yo ya tenía quince años. Fin de la historia.
He visto ESO infinidad de veces y la puedo seguir viendo.
Las nuevas versiones no me parecen malas, sólo son diferentes, considero que
con otro enfoque; me gustan, pero siempre será ESO de 1990 la buena.
Tim Curry, It (1990) |
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