A
lo largo de la historia la mujer ha sufrido diferentes cambios respecto a su
comportamiento y papel que juega en la sociedad. Hace poco descubrí la
existencia de un nuevo concepto para todas aquellas que rompen el prototipo de
mujer feliz: casada, con hijos y toda una dama. Las neosolteras, son mujeres
independientes que, al parecer, no necesitan una figura masculina para sentirse
realizadas; el matrimonio no es parte de sus metas y los hijos mucho menos. Este
comportamiento contrasta mucho con el rol ejecutado en épocas pasadas, incluso
hoy en día muchas neosolteras son juzgadas por no seguir las "reglas
sociales".
El
periodo más popular donde la mujer se encontró con más limitaciones fue durante
la Época Victoriana. Ésta se caracterizó por mantener una etiqueta muy rígida
sobre todo en la clase alta creando a la mujer ideal: esposa, ama de casa y
pura. Durante este periodo surgieron varios artistas que retrataban la vida y
comportamiento de la sociedad victoriana. Tales como Charles Dickens y Oscar
Wilde, escribieron de una manera crítica reflejando la conducta social durante
esa época. Fue así que en 1893 Wilde escribe Una mujer sin importancia, obra teatral en la que presenta el poco
valor que tenía la mujer dentro de la sociedad Victoriana y la forma en la que
es juzgada por sus actos y comportamiento, así como intentar sobrellevarlos.
Una
mujer que se sale de lo convencional siempre es criticada. A diferencia del
hombre, regularmente el sexo femenino es el que se debe acatar a numerosas
reglas sociales. Una mujer sin
importancia está situada en Inglaterra durante el mandato de la reina
Victoria. Uno de los personajes es una mujer norteamericana, Hester Worsley que
está de visita en el viejo continente. Ella es muy diferente a las mujeres
inglesas, pues a pesar de pertenecer a la clase alta y colmar de buena
educación, sus costumbres son distintas. Hester Worsley es juzgada por decir su
edad en voz alta. Lord Illingworth comenta que no se puede confiar en una mujer
que diga su verdadera edad abiertamente ya que de esa manera podría ser capaz
de decir cualquier cosa. Durante ese periodo la honestidad femenina es vista
como un defecto, de hecho ser sincero en ese tiempo era una característica
negativa. Decir algo poco amable, como una verdad, puede ser destructivo, y
esto es algo que se debía evitar en esa época para no quedar mal con los demás
de la alta sociedad; siempre se debía ser complaciente y afectuoso, y al no dar
el verdadero punto de vista te convierte en un hipócrita.
En
la obra de Wilde, una típica mujer es aquella que no se queja de nada y hace
pasteles, además de llevarse por lo sentimental sin usar el cerebro; son seres
con una opinión limitada sobre la vida. Con forme sigue la historia, Hester
sigue teniendo actitudes poco adecuadas para pertenecer a la clase alta inglesa.
De hecho decide dar su punto de vista acerca de la sociedad victoriana
enfatizando que son "huecos, egoístas y tontos". Cualquiera al recibir
una descripción así reaccionaría de una manera agresiva, pues a muchos no les
parece ser llamados "huecos y tontos". Sin embargo tener una actitud
negativa durante esa época, no era parte de la etiqueta. La reacción de las
señoras inglesas después de haber sido llamadas superficiales, egoístas y
tontas no les causa nada más que admiración, pues una vez más se recalca la
poca importancia de la mujer en ese tiempo mencionado que las palabras de
Hester fueron verdaderas pero "se veía muy linda mientras hablaba"
haciendo un lado su punto de vista y basándose sólo en su imagen. Ya lo
menciona Lord Illingworth "Si desea saber lo que una mujer quiere
realmente... mírela pero no la escuche."1
El
poco prestigio que tiene la mujer dentro de la obra, es recalcado por Lord
Illingworth, un hombre egoísta que ve a las mujeres como juguetes dándole poca
importancia a lo que una mujer quiere, piensa o siente; ésta sólo debe estar a
la disposición del hombre. Él es del tipo que le desgracia la vida a las
mujeres teniendo romances sin contraer matrimonio. En un mundo "hecho para
hombres" el sexo femenino sufre y el masculino queda libre. Tal es el caso
de Mistress Arbuthnot, una señora que tiempo atrás tuvo un romance con Lord
Illingworth pero éste se rehusó a casarse con ella cuando se enteró que
esperaba un niño de él. Mistress Arbuthnot, a diferencia de los demás
personajes femeninos de la obra, vive en una casa modesta de campo. Una madre
soltera no podía pertenecer a la clase alta ya que era vista como impura. Su
vida está desgraciada, sin embargo no permite que esa deshonra afecte a su hijo
Gerald para que así tenga la oportunidad de sobresalir en la alta sociedad.
No es sino hasta el tercer acto que Gerald
descubre la verdad de sus progenitores, y hace lo posible para que Lord
Illingworth se case con su mamá para que deje de ser una mujer juzgada, pero
ella se niega. Incluso llega Lord Illingworth a pedirle matrimonio y ella lo
rechaza. Es en ese momento donde los papeles se invierten y Lord Illingworth,
el hombre con prestigio, dinero y mujeres se vuelve "un hombre sin
importancia" ya que Mistress Arbuthnot decide seguir su vida e irse a los
Estados Unidos con su hijo y su futura nuera Hester. En la obra dan a entender
que ese país es un lugar con más libertad para las mujeres donde Mistress
Arbuthnot no será juzgada y podrá seguir adelante con su vida sin ser alguno
que la menosprecie.
A
pesar de descubrir la trama principal de la obra hasta el acto tercero, Oscar
Wilde ofrece divertidos diálogos desde las primeras líneas mostrando un gran
uso del lenguaje y haciendo énfasis en el comportamiento de la mujer victoriana
de una manera satírica. Lo que quería lograr era abrir la mente de una sociedad
que intentaba ocultar todos los desperfectos e injusticias, de esta manera las
mujeres víctimas de menosprecio por la etiqueta victoriana, se sentirían
identificadas y lucharían por un mejor trato. Actualmente se supone que ya no
existe una sociedad que hace menos a la mujer tomándola como objeto y
juzgándola por no seguir la convencionalidad social, sin embargo esta obra
muestra diferentes aspectos que incluso siguen presentes en pleno siglo XXI
donde el papel de la mujer se ha vuelto más activo, libre e independiente como
es el caso de las neosolteras. Será difícil que la sociedad deje de esperar
hijos y pasteles de las esposas para sus maridos. No obstante, poco a poco el
mismo sexo femenino se está dando su lugar para darse a respetar dentro de una
sociedad que por mucho tiempo las ha considerado "mujeres sin
importancia".
Neosoltero y neosolteras.
ResponderEliminarMe late el texto. De hecho, es curioso, leí esta obra hace como 6 meses. :)
¿En serio? Entonces creo que la leímos más o menos al mismo tiempo. Estamos conectados =p
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