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sábado, 21 de febrero de 2015

Logro desbloqueado

El pasado miércoles 18 de Febrero se presentó el libro "Recreaciones: de la poesía al ensayo" en el ágora de la ciudad de Xalapa. Alberto Cruz, Ramón Rosas y yo estuvimos platicando acerca de nuestra experiencia y contenido del libro bajo la moderación del Maesto Víctor Hugo Vásquez.

Nuestra obra es un resultado del diplomado en Creación Literaria impartido por la Universidad Veracruzana y la Universidad Autónoma Metropolitana donde diferentes escritores reconocidos nos compartían su conocimiento y experiencia con respecto a la creación literaria.

La idea de crear un libro con nuestro trabajos realizados surgió en uno de las últimas sesiones del diplomado, donde en vez de organizar una fiesta de graduación preferimos hacer algo más productivo y que en realidad demostrara lo aprendido en el curso, y así es como nace este libro.
Somos dieciséis los colaboradores de "Recreaciones": Adriana Quezada, Alberto Cruz, Bertha Echeverría, César Bernabe, Edith Chaparro Valle, Efraín Méndez, Florencia Castillo, Gabriela Herrera, Gudelio Escamilla, Susy Sosa, Liliana Ocotla, Marisol Morales, Ramón Rosas Caro, Ricardo Goné, Samuel Bautista y Yuray Rosas Muñiz. Todos con diferentes profesiones, edades y lugar de origen, pero unidos por un mismo placer: la escritura.  

Agradecemos al Ágora de la ciudad de Xalapa por darnos la oportunidad de llevar un poco de lo que tenemos acá en el norte del estado esperando que sea la primera de muchas presentaciones así.



Venta de ejemplares:
Hyperión Librería, Xalapa
o mandar un correo a 
marisol.morita@gmail.com
[con asunto - Recreaciones]


miércoles, 22 de enero de 2014

Mecánica Social

Las generaciones del siglo XXI se han caracterizado por el enorme uso de las nuevas tecnologías descubriendo nuevos horizontes y creando una vida más cómoda para las personas. Sin embargo, el excesivo uso de estas creaciones ha impedido el desarrollo de otras habilidades en los seres humanos que les permiten desenvolverse en su entorno de manera plena y racional. La costumbre por apretar botones y obtener resultados ha incrementado de manera acelerada creando seres más mecánicos que sólo reaccionan sin preocuparse por el motivo que lo ocasiona. Es curioso cómo este comportamiento ya se veía venir hace más de cincuenta años a través de la literatura. Ray Bradbury, un escritor visionario del siglo XX, plasma a una sociedad muy parecida a la actual donde sólo se preocupan por tener televisores grandes y de buena calidad, así como un buen carro en el cual puedas correr sin pensar.
               
Fahrenheit 451 se desarrolla en un país donde los libros están prohibidos ya que hacen pensar a la gente. En este lugar está prohibido pensar. Mildred y Clarisse son dos personajes totalmente opuestos que habitan en este país. Mildred es la esposa del bombero protagonista, su único interés es ver televisión. Es una persona que no comprende a su marido, pero tampoco se toma la molestia de intentarlo. Se siente cómoda sentándose en la sala y ver las pantallas, no le interesa entablar una conversación "profunda" con nadie así no se complica la existencia y puede andar feliz por la vida. Por otro lado, Clarisse es una joven de diecisiete años a la cual le gusta salir a caminar, contemplar las flores y tener conversaciones de cualquier tipo con su familia. Es catalogada como rara, pues hace muchas preguntas ya que no le interesa saber cómo se hacen las cosas sino por que. Clarisse no pertenece al estereotipo de esa sociedad, a ella le interesa conocer, saber más y no quedarse con lo que le imponen. A diferencia de Clarisse, Mildred se deja llevar por la sociedad sin profundizar las cosas y evitar complicarse.

Hoy en día se manejan varios aparatos electrónicos que nos hacen la vida más sencilla además de distraernos para no pensar en nuestros problemas y demás. Apretamos un botón y se prende el televisor; apretamos otro y encontramos lo que buscamos; deslizamos el dedo y nos comunicamos con alguien a kilómetros de distancia para evitar la soledad y ahogarse en los pensamientos propios. Entonces "¿Por qué aprender algo, excepto apretar botones, enchufar conmutadores, encajar tornillos y tuercas?"1 . Al ser una forma práctica de obtener resultados, los seres humanos ocupan su mayor parte del tiempo sumergido en esta tecnologías (televisión, computadora, teléfonos móviles, etc) sin disponer de un rato para reflexionar mientras se visten, comen, caminan, inclusive antes de ir a  la cama. Su cerebro está tan acostumbrado a depender de máquinas que les es difícil estar tranquilos en un momento de soledad y silencio. Así como Clarisse hay que admirar nuestro alrededor, poner atención, cuestionar por que pasan o existen algunas cosas para ejercitar la capacidad de razonamiento y así evitar convertirse en seres mecanizados que sólo sobreviven a través de botones. Aprender a pensar y no a reaccionar. 




   1. Bradbury, Ray (2010) Fahrenheit 451. México: Debolsillo  (p. 65) 

lunes, 16 de diciembre de 2013

Olvídate de todo, menos de mí


En todo el Panteón Municipal de Dolores Hidalgo subsiste un enorme sombrero rodeado de un sarape lleno de vivos colores construido a finales del siglo XX. Podrás reconocerlo aun con los ojos cerrados. El miasma que desprende es inconfundible pues los restos de uno de los grandes cantautores mexicanos se encuentran debajo de este monumento; un artista que sigue vivo a través de sus letras. Al "recorrer" aquel sarape multicolor, diferentes melodías rancheras resuenan en tu cabeza recordando serenatas, cumpleaños, graduaciones, noviazgos e incluso borracheras de dolidos. Las letras de José Alfredo Jiménez han persistido durante varias generaciones desde el siglo pasado hasta la actualidad sin perder la efusión con las que se escribieron.

Este "monstruo de la canción" nació ahí nomás tras la lomita, en Dolores Hidalgo el 19 de enero de 1926 y empezó a componer desde su temprana edad. Pese a no contar con educación musical, José Alfredo Jiménez compuso cientos de temas con la ayuda del maestro Rubén Fuentes al cual le silbaba la melodía para que éste hiciera los arreglos y fueran interpretados por el Mariachi Vargas de Tecatitlán. Canciones como Ella, Un mundo raro, Camino de Guanajuato, Paloma querida, El caballo blanco, El rey, La media vuelta, Muy despacito, Amarga navidad, entre otras, han sido interpretadas alrededor del mundo por diferentes artistas y en distintos géneros musicales haciendo que perduren y se esparzan a pesar de haber fallecido hace cuarenta años.

Su derrochador estilo de vida lo llevó a una cirrosis hepática por la cual "se nos adelantó" a sus cuarenta y siete años de edad el veintitrés de noviembre de 1973. Sin embargo es muy difícil incluso envejecer a José Alfredo Jiménez con todo ese legado musical. Su poesía popular y metáforas sencillas, han creado lugares comunes los cuales siguen siendo recorridos generación tras generación. Considerado un melodista excelente por Carlos Monsiváis, José Alfredo Jiménez sigue vivo a través de su lírica y en boca de varios artistas desde rancheros hasta intérpretes del rock. Además, la sociedad mexicana acude a su repertorio "para manifestarse, justificarse, declararse, entrar en crisis, implorar olvido, gritar la impotencia" (Monsiváis, C.) y de esa manera se apropian de estas canciones escritas el siglo pasado manteniéndolas frescas al relacionarlas con temas y situaciones actuales.

El inmortal, "...porque canta como nunca, porque gana batallas como el Cid después de muerto, por su altísimo ejemplo, porque sigue siendo el rey" (Sabina, J.), José Alfredo Jiménez fue un compositor talentoso difícil de suplantar que hasta la fecha sigue cautivando a hombres, mujeres, chicos y grandes a través de violines, trompetas, arpas, percusiones incluso guitarras eléctricas y timbales. "Porque lo cantó mi padre, porque lo canto yo, porque ojalá lo canten mis hijos, y los tuyos y los hijos de mis hijos..." (Sabina, J.). Así las canciones de José Alfredo Jiménez perdurarán otros cuarenta años más sin pasar de moda y llevando el mismo furor que tuvo tiempo atrás.


Todavía lo queremos; lo queremos a él y a todas sus canciones.